En honor a su cumpleaños número 99...
Dr. Jacinto Convit |
"Encontrar en la vida un deseo, una pasión para vivir, es un impulso fundamental.
Uno nunca puede pensar en el futuro si no trae la historia. La historia enseña mucho, cómo comenzó, cómo se desarrolló. Se hace camino al andar.
La Leprosería de Cabo Blanco, en Maiquetía, Venezuela, lugar espantoso donde predominaba la miseria y el dolor, fue para mí una escuela de bondad. Cuando estudiante hice una visita a Cabo Blanco. Me impresionó la situación de un grupo muy grande de pacientes, serían cerca de mil, donde la situación era tan grave que no tenían ningún tratamiento, estaban execrados, rechazados por una sociedad profundamente egoísta, incapaz de entender lo que es el dolor humano. Sentí un gran deseo de trabajar por esa gente, de ver qué podía hacer por ellos.
Una vez graduado y trabajando en ese lugar, lo primero que hicimos fue estudiar la posibilidad de desarrollar un tratamiento que curase la enfermedad, que acabase con las leproserías y con las leyes que obligaban al aislamiento compulsorio. Ese fue el objetivo.
Con un grupo de ocho jóvenes estudiantes de medicina, que tendrían para aquella época alrededor de 22 años y yo, que tenía 24, nos dedicamos con pasión a trabajar para liberar a un grupo humano que era perseguido por su enfermedad. Con nuestra vocación y la experiencia de un equipo de excelentes profesionales, dimos con una solución efectiva.
Con resultados en mano, nos dirigimos a las autoridades y les dijimos: “miren, se está cometiendo un error grave al aislar compulsoriamente a estas personas, separarlos de sus seres queridos crea una gran tragedia en los grupos familiares y nosotros encontramos una solución”. Lo que teníamos era el deseo de luchar por la libertad, un derecho al que no se puede renunciar.