El agua que todos consumimos en la Gran Valencia tiene su origen el Embalse Pao-Cachinche, el cual al mismo tiempo, es el cuerpo receptor final del 80% de las aguas servidas o cloacales de toda la ciudad, estableciéndose así un ciclo de re-uso permanente de las aguas que acertadamente se le ha denominado el ciclo escatológico del agua. Esta situación tan particular, única en nuestro País, junto al estado deplorable de mantenimiento de la planta de tratamiento de aguas residuales “La Mariposa” (encargada de tratar las aguas negras antes de su descarga) ha expuesto a nuestro embalse a un continuo proceso de deterioro de la calidad de sus aguas, el cual se agravado dramáticamente en los últimos años debido fundamentalmente a una decisión gubernamental: el trasvase de aguas contaminadas del Lago de Valencia hacia nuestra fuente de abastecimiento.
En lo que le tomará a Ud. terminar de leer hasta el punto de esta oración, a nuestro Embalse Pao-Cachinche le habrán descargado más 84.000 litros de aguas contaminadas provenientes del Lago de Valencia sin ningún tipo de tratamiento previo. Y es que, desde Septiembre de 2007, el Ministerio del Ambiento y la Hidrológica del Centro (HIDROCENTRO) has estado bombeando más de 5.600 litros por segundo, desde la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales “Los Guayos” ubicada a las orillas del Lago, por una tubería de 17 km hasta la cuenca baja del río Cabriales, y de allí a nuestro embalse.
En lo que le tomará a Ud. terminar de leer hasta el punto de esta oración, a nuestro Embalse Pao-Cachinche le habrán descargado más 84.000 litros de aguas contaminadas provenientes del Lago de Valencia sin ningún tipo de tratamiento previo. Y es que, desde Septiembre de 2007, el Ministerio del Ambiento y la Hidrológica del Centro (HIDROCENTRO) has estado bombeando más de 5.600 litros por segundo, desde la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales “Los Guayos” ubicada a las orillas del Lago, por una tubería de 17 km hasta la cuenca baja del río Cabriales, y de allí a nuestro embalse.