jueves, 9 de septiembre de 2010

Un Nuevo Orden Social (I)


Hace unos 4 o 5 años, cuando no existía twitter, los blogs solo pertenecían a los "bloggeros" y el facebook no era "Universal", comencé a escribir una serie inconclusa de 3 artículos (publicados en MSN Spaces) bajo el título de Un Nuevo Orden Social, sobre un conjunto de ideas rudimentarias pero a mi juicio válidas entonces, que exploraban de forma preeliminar mis ideas de ética como científico y la interrelación entre ciencia y sociedad, entre conocimiento y acción, entre las ideologías y lo que a mi juicio, debería ser la forma inteligente de proceder como sociedad en este nuevo siglo para resolver los principales problemas que nos aquejan.

He decidido rescatarlas de ese museo de antigüedades que es el MSN Spaces hoy en día, y traerlos a este blog, con la idea de que quizás, para alguien en el infinito Universo de la Red pudiera ser de utilidad, inspiración o al menos, producirle un condescendiente sonrisa para con el autor. En respeto a mis propias ideas, he decido resistir el deseo de rehacerlos y mejorarlas, copiándolas íntegramente si alterar o modificar las ideas allí expresadas, publicándolas tal cual lo fueron inicialmente.

La búsqueda que inicié en ese entonces no ha terminado, y hoy está más viva que nunca. No es poco lo que he avanzado en ese camino, pero es mucho más lo que falta por recorrer. Sin embargo como dijo el poeta, el camino no existe, sino que se hace al andar. A continuación el primero de los referidos textos:
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Quizá ahora más que nunca antes en la historia de la humanidad es necesario e imperativo encontrar modelos alternativos de desarrollo que no solo permitan disminuir las enormes desigualdades en nuestra sociedad sino que, aún más importante, garanticen su existencia y sustentabilidad a corto plazo.

La respuesta a un nuevo orden social y económico mediante el cual se pueda desarrollar el Mundo no podrá encontrarse en ningún cuerpo de ideas basados en algunos principios filosóficos (ideologías), ni se ha de alcanzar por el nefasto sistema de ensayo y error, con el cual ya tantas veces se ha sometido a la humanidad a los innombrables crímenes que inevitablemente se derivan cuando los sistemas políticos la reducen a un simple campo de experimentación, donde se usan a las personas como cobayos prescindibles donde “probar” las ideas de pensadores trasnochados.


Por el contrario, encontrar un sistema de gobernabilidad que pueda optimizar no solo el uso de los recursos naturales de nuestro planeta, sino también la distribución de los beneficios que de ellos se deriven, maximizando la libertad inconculcable de cada individuo, ha necesariamente de requerir del desarrollo de nuevas ciencias naturales que sean capaz de lidiar con la enorme complejidad de un sistema compuesto por elementos con altísimos grados de libertad (en el sentido mecanicista) y que se relacionan entre sí por medio de vínculos extremadamente complejos.

Solo podremos acercarnos a la solución de dicho problema con un enfoque que trascienda las apariencias que envuelven a los sistemas filosóficos y políticos, aquellas que los cubren como un velo difuminado detrás del cual no se puede distinguir un monstruo de una bella doncella (y viceversa), y con una aproximación que llegue a cuantificar en modelos, mucho antes de ser aplicados en la realidad, la pertinencia y capacidad de éstos en incrementar la calidad de vida de las sociedades.

Por tanto, solo mediante el enfoque científico, objetivo y verificable, desprovisto de todos los apasionamientos, radicalismos y fanatismos propios de las ideologías que ciegan la razón pero guiado por la más profunda ética que solo pude desprenderse de la apreciación multidisciplinaria del valor humano, podremos realmente abrigar reales esperanzas de resolver los problemas sociales colectivos que están desangrando a la humanidad.


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